Te invito a que caminemos por las calles de lo cotidiano tomados de las mano, como dos locos, que soñemos con viajes que nunca vamos a hacer y con lugares que nunca vamos a recorrer, a que tomes este abrazo lleno de caricias y besos por conquistar, por civilizar.
Te invito a que gobiernes en la noche de angustia de mi alma, que te hagas dueña y señora de este juego, y vos decidas mi victoria o mi derrota, Te invito que sin querer te quedes en mi alma, como un sueño viejo y bueno...
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